¡¡¡ A mi que no me la quite naide ¡¡
Toda la mañana pensando en ella, en su quesito doradito por arriba, su atún bien colocadito por abajo y esa manera que tiene de mirarme... ay¡¡ que me la como¡¡ Y eso hago, comerme una y otra y nunca está uno saciado, siempre quiere más, ¿será que el queso es adictivo?, ¿o el pan de pueblo me habrá hecho enloquecer...?
El caso es que no soy el único, se cuentan por miles los adeptos a esta tostada.
Aquí tenemos a una fiel seguidora enloquecida por su atracción. Y es que hay tanta variedad que no hay quien escape a ellas: gratinada de jamón, atún, bacon, york, lomo, salmón, tortilla y alguna que otra nueva con la que nos sorprenden cada mañana.
Y es que en El gato tragón cada día hay una especialidad, para que no caigamos en la monotonía. No me extraña que cada vez seamos más los adeptos, los fieles seguidores de este Icono que no estamos dispuestos a abandonar, que tiene cameladas nuestras papilas gustativas, nos provoca escalofrios, activa el olfato y nubla la vista al contemplarla...
¡¡Y es que yo, por una gratiná, MÁ-TO¡¡