viernes, 25 de marzo de 2011

Érase un gato tragón

Había una vez un cuentacuentos en busca de inspiración. Se hallaba muy lejos de su tierra y en una biblioteca llena de libros infantiles encontró uno de un gato, un cuento popular danés a cerca de los peligros de cruzarse con un gato hambriento.
La verdad es que no me convenció mucho la historia, pero cuando al año decidimos volver a nuestra tierra y asentar en ella nuestros sueños, la imagen de la portada de aquel libro vino a mi mente: Recordaba que era un gato sentado a comer, servilleta atada al cuello y cubiertos en mano, esperando algo riquísimo.
Aquel título reflejaba nuestra idea de un lugar diferente, alegre y preparado para los paladares más exigentes. Ya ningún nombre nos convencía y así la llamamos.
El destino hizo su trabajo y este libro nos dio suerte, por ello os animo a no perder detalle de todo lo que os ocurra en la vida, porque nunca se sabe...
...y colorín colorado, esta historia ha terminado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario